Los físicos que trabajan en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés) esperan obtener en el año próximo las primeras comprobaciones de la existencia de ‘mundos paralelos’ y ‘dimensiones extras’, nociones que todavía se mencionaban solamente en los libros de ciencia ficción. Según los científicos, actualmente va formándose una ‘nueva física’, que puede cambiar por completo el conocimiento contemporáneo del Universo.
“Los universos paralelos, formas de materia desconocidas, dimensiones extras… Éstas no son tonterías de la ciencia ficción barata, sino muy concretas teorías físicas que los científicos tratan de confirmar por medio del LHC y otros experimentos”, indicó el reciente informe de La Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN).
A pesar de que las observaciones desde la Tierra se han llevado a cabo durante más de un centenar de años, actualmente ha estudiado solamente el 4% del Universo. Lo restante, según los científicos, es la materia oscura y la energía oscura, que son invisibles y por eso no admiten su estudio.
La teoría de las cuerdas, que pretende ser una nueva teoría universal física que los científicos tratan de comprobar, admite que existen no cuatro, sino 10 dimensiones, pero muy compactas, y por eso no detectables. Así lo explica el jefe colaborador del sector de astrofísica teorética del Instituto Físico-técnico, Alexánder Ivanchik, citado por la revista rusa ‘Itogi’. Si estas dimensiones son más compactas que una partícula elemental, entonces las podemos detectar cuando alguna partícula 'desaparece' por un breve lapso de tiempo y luego aparece nuevamente, y en este proceso no se verifica su desintegración: podría haberse ‘deslizado’ en alguna de estas dimensiones, explica el experto.
El LHC es un acelerador de partículas que fue construido por el CERN con la participación de físicos de 34 países, incluyendo Rusia. Fue puesto en marcha en noviembre de 2009, tras una pausa de un año en su trabajo y está situado cerca de Ginebra, en la frontera franco-suiza. Los protones, acelerados casi a la velocidad de la luz, chocarán en el interior de su túnel de 27kilómetros de largo.
Al analizar los resultados generados por estos choques, los científicos buscan obtener nuevos conocimientos sobre la estructura del Universo, así como ‘recrear’ el fenómeno ocurrido hace 13.700 millones de años que, según una de las versiones, dio origen al Universo: el Big Bang. Además, los ingenieros esperan verificar la existencia del bosón de Higgs, partícula que explicaría el origen de la masa de otras partículas elementales.
Según informó el director general del CERN, Rolf Heuer, a mediados de octubre los investigadores lograron algunas semanas antes de lo previsto aumentar el ritmo de las colisiones hasta 5 millones por segundo, lo que ayudará a obtener nuevos datos científicos.
El 21 de septiembre en el solenoide compacto de muones, uno de los cuatro detectores de partículas de propósito general, se detectó un fenómeno no predicho en los cálculos modelo: el emparejamiento de las partículas creadas en la colisión de protones, que no perdían su enlace a distancia.
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