1- ¿Estás resfriado? ¡Ven, y tomate este juguito de naranja!
Aunque durante décadas se creyó lo contrario y hasta hoy se siguen vendiendo como remedio, en el 2007 un estudio realizado para The Cochrane Library sobre cerca de 11.000 personas comprobó que el consumo de vitamina C y zinc, no previene, cura ni ayuda a calmar los síntomas del resfriado. La única excepción es si junto con esto, se realiza algún tipo de ejercicio físico, lo que reduce en un 50% los síntomas.
2- ¡No te vayas a tragar el chicle! ¡Tarda 7 años para que lo digieras!
En realidad, esto tiene un poco de verdad, a veces el organismo no consigue digerir el chicle. Ahora, sea que tu sistema digestivo lo digiera o no, el chicle nunca va a tardar más 24 horas en salir de tu cuerpo.
3- ¡Acabás de comer! ¡No te metás a la piscina que te va a dar un calambre y te vas a ahogar!
Aunque es cierto que nadar después de comer disminuye la cantidad de sangre y, por eso, de oxígeno que llega a los músculos (ya que debe distribuirse para cumplir las funciones digestivas) el reabastecimiento de oxígeno del cuerpo es más que suficiente para mantener apropiadamente tanto el trabajo digestivo como el muscular; e incluso, si se produce un calambre, siempre va a ser bastante pequeño.
Además, ni la American Academy of Pediatrics, la US government's Consumer Product Safety Commission, o la Cruz Roja consideran que esto pueda ser causa posible de ahogamiento y afirman que no se tienen registros de ninguna muerte de ese tipo. Incluso, esta última organización, directamente niega que haya algún tipo de relación entre el consumo de alimentos y los calambres.
4- Andale sigue comiendo chocolate... ya vas a ver cómo te llenás de granos...
En realidad, el chocolate no influye en la aparición de acné. Es más, según los últimos estudios los principales culpables serían el pan blanco y los cereales refinados. La elevada producción de azúcar que resulta del consumo de estos alimentos refinados provoca un aumento de la producción de insulina (estimula la segregación de sebo por los poros) y del factor de crecimiento de la insulina (también llamado IGF-1 que eleva la cantidad de queranocitos, células de la epidermis que constituyen una de las principales huellas del acné).
5- ¡Dejá de hacer dibujitos en clases y prestale atención a la Maestra o no te vas a acordar de nada!
Según nuevos estudios, entre los que destaca el de la psicóloga Jackie Andrade, publicado en la revista Applied Cognitive Psychology, hacer garabatos o dibujos durante la clase ayuda a memorizar y retener una mayor cantidad de información (30% más en promedio) que si simplemente estuvieras mirando al vacío mientras la profesora explica; esto pasa porque soñar despierto usa la gran mayoría de la capacidad del cerebro para procesar datos y, por tanto, dibujar en clases evitaría que te pase y te ayudaría a concentrarte. La excusa perfecta, no?
6- ¡Comete las zanahorias! Te van a mejorar la vista!
Siempre me acuerdo de un amigo que usaba unos lentes que parecían dos lupas atadas... La madre le decía que comiera las zanahorias y el pobre niño re ilusionado… En fin, aunque las zanahorias contienen vitamina A, la cual es buena para la visión (mantenimiento), no hay manera de que su consumo te haga ver más y mejor. El mito viene de la segunda guerra mundial. Resulta que la fuerza aérea inglesa solía realizar muchas de sus misiones durante la noche y, conociendo las propiedades de la vitamina A, para evitar que los alemanes supieran que sus aviones contaban con Radares (toda una novedad para la época), comenzaron a divulgar el rumor de que los pilotos tenían una excelente visión nocturna gracias a su alimentación a base de zanahorias. Les salió bien, no?
7- ¡Abrigate que te vas a resfriar!
Hay una sola manera de contagiarse de un resfrío: estar en contacto con el virus.
Si se te da la gana puedes salir a correr disfrazado de Adán en Julio a las 4 de la mañana y eso no va a hacer que me automáticamente te enfermés. Como dije, es absolutamente necesario para esto, que el virus se infiltre en tu organismo, cosa que va a hacer solo cuando entrés en contacto con él, aunque estés usando el mejor pullover que te tejió tu abuela. El error viene de que, aunque el virus se reproduce mejor en primavera o verano, la gente tiende a pasar más tiempo dentro de casa en Invierno, lo que hace más frecuente el contagio; y, además, del hecho de que el frío debilita las defensas del cuerpo, haciéndolo más vulnerable a las enfermedades.
8- ¡Ponte más lejos del Televisor que si no después vas a terminar usando anteojos!
Dicho un poco más lindo,tus padres tratan de explicarte que el estar demasiado cerca de la TV daña y deteriora la vista. Otra variante también dice que lo mismo pasaría por estar sentado frente a ella durante varias horas. Sin embargo en la actualidad, varios estudios han comprobado que el ver televisión desde poca distancia o por mucho tiempo no produce ningún desgaste sobre este sentido, aunque sí puede fatigarlo, lo que, en el peor de los casos, terminaría en una conjuntivitis. Esto ha sido verificado por la Academia Americana de Oftalmología, y por varios especialistas de renombre (José Luis Riquelme, Michael Thun, entre otros). Otra buena noticia: la computadora tampoco produce daños permanentes a la vista, así que avisale a tus padres que van a tener que pensarse otra excusa para que dejes de enviciarte.
9- ¡Dejá de tronarte los dedos o cuando seas grande vas a tener Artritis!
Gracias a estudios sobre pacientes adultos, y adultos mayores con y sin artritis, se ha logrado comprobar que las personas que truenan los dedos no tiene más posibilidades de sufrir artritis en el futuro, por lo que, hoy en día, este mito está descartado por la Medicina. Ahora sí, tronarte los dedos puede hacer que a la larga, tengas menos fuerza en las manos o que, con demasiada mala suerte, te lesiones.
10- ¡No comas tantas cosas picantes o vas a terminar con una úlcera!
Desde principios de los ’80 se sabe con certeza que el consumo de comidas picantes no pueden causar úlceras, aunque sí pueden agravarlas si estas ya existen. El mito se popularizó a partir del hecho de que estos alimentos estimulan la producción de jugos gástricos. Actualmente, se sabe que la mayoría de estas úlceras (más del 90% de las duodenales y 79% de las estomacales) son provocadas por una bacteria llamada Helicobacter pylori.
11- ¡No toqués nunca un sapo o te van a salir verrugas!
Aunque nuestras respectivas mamás nos han dicho esto hasta cansarse, en realidad, las verrugas son causadas por virus que afectan exclusivamente a cada especie; es decir, que uno no puede contagiárselas de un sapo, ni el sapo de uno. En cuanto a los seres humanos, el organismo que suele producirlas Papillomavirus. ¿Y de dónde viene el mito, entonces? Bueno, nadie lo sabe exactamente, pero muchos expertos creen que el error se originó a partir de la apariencia del sapo, el cual parece estar cubierta de verrugas (es sólo su piel).
12- ¡Comete las espinacas así vas a ser fuerte como Popeye el Marino!
Síp. A mí también, mi madre me hizo comerme mis espinacas con esta excusa. Aunque probablemente, su madre también le hizo lo mismo a ella así que estamos a mano. En fin, resulta que este mito proviene del hecho de que las espinacas contienen Hierro. El problema es que, en realidad, no tienen mucho que digamos; entonces, ¿por qué todo el mundo piensa que sí? Créanlo o no, pero la equivocación se la debemos a uno de los primeros estudios sobre las cualidades de esta verdura, escrito en 1870 por el Dr. Wolf, quien accidentalmente, puso una coma donde no iba y terminó haciendo parecer como que la espinaca tenía 10 veces más Hierro del que verdaderamente contiene.
13- ¡Apagá ya esa música! No se puede estudiar así!
Aunque hayas escuchado la frase mil veces, estudiar escuchando música resulta mucho más beneficioso que sin ella, principalmente porque bloquea cualquier otra distracción, ayuda a relajarse, concentrarse y finalmente mejora el rendimiento. Los últimos estudios muestran que es conveniente que en el salón de clases haya música sin ritmos muy marcados y preferentemente instrumental. Yo uso Led Zeppelin, ¿ustedes?
14- Y no le vayas a dar nada con azúcar a tu hermanito porque sino después está hiperactivo...
El origen del mito, probablemente, sea que la glucosa es una gran fuente de energía, incluso usada por deportistas. Sin embargo, no vuelve hiperactivos a los niños. Los Doctores Vreeman y Carroll, pediatras del Riley Hospital for Children, recientemente anunciaron que en, al menos, 12 estudios llevados a cabo durante los últimos años, los científicos han estudiado la influencia del azúcar en menores. En ninguno se encontró diferencia alguna entre el comportamiento de los que habían recibido azúcar y los que no; ni siquiera, en los realizados sobre pacientes con déficit de atención o hiperactividad. Lo curioso: en todos los casos, los padres a los que se les avisó que su hijo había consumido azúcar lo notaban muchísimo más activo, a pesar de que los resultados mostraban lo contrario.
15- ¡Prendé la luz! Leer en la oscuridad te va a arruinar la Vista...
Es cierto que leer con luz tenue puede afectar la concentración e, incluso, causar fatiga visual, pero no hay manera de que esto provoque problemas permanentes en la estructura y funciones del ojo. Varios estudios han probado que no hay relación entre el daño ocular y este hábito.La Dr. Katrina Schmidt, científica-investigadora y optometrista, afirma que no existe ningún estudio o evidencia de que muestre que la lectura hecha en estas condiciones, pueda traer consecuencias negativas a largo plazo, y afirma que “leer con luz tenue no va a arruinarte los ojos”.
16- ¡No te afeites tan seguido o te va a crecer el pelo más grueso y más oscuro!
Se han llevado a cabo muchísimos estudios (el más antiguo es de 1928) que prueban que afeitarse no influye sobre el crecimiento del pelo. La parte visible del cabello es la que está muerta, por lo que al removerla, no afecta en nada la sección viva. Así El Dr. Jerri Hoskyn M.D, dermatólogo de la Universidad de Arkansas:
“Afeitarse es sólo un método para recortar el pelo sobre la superficie de la piel y no tiene efectos sobre la parte del mismo (…) donde se da el crecimiento y la pigmentación”. El error viene de que, a medida que vello facial crece, va adquiriendo una forma cónica en la punta que lo hace ver más fino y claro, por lo que cuando lo cortamos, crece sin esa terminación y parece más grueso de lo que era.
17- ¿No te puedes dormir? Tomate un vasito de leche caliente y listo…
Aunque tomar leche ayuda a relajarse, no puede darte sueño o ganas de irte a dormir. Es más, la sensación de somnolencia que podés llegar a sentir, cuando lo hagas, se da gracias al hecho de que está caliente y por tener el estómago lleno. ¿Y de dónde salió el error? Probablemente, venga de que la leche contiene pequeñas cantidades de triptophan, lo que usa el cerebro para producir tanto la seratonina como la melatonina (necesarias para el sueño). Sin embargo, la cantidad que la leche contiene, no es suficiente para causar cansancio o somnolencia.
18- ¡Otra vez te quemaste! Ven y ponte manteca/hielo en la quemadura y vas a ver cómo se te pasa...
Cuando te quemés es importante ponerse algo frío sobre la herida, lo que detiene el daño y alivia el dolor. Sin embargo, ponerse manteca o algún ungüento grasoso, como aconsejan muchas abuelas y madres, lo único que hace es empeorar las cosas, ya que hace más lenta la salida del calor desde la piel y termina causando más daño al retenerlo. Tampoco te vayas a poner Hielo o agua helada; los dos resultan muy duros y pueden empeorar el daño en la piel. Solución: Agua fría aplicada con cuidado.
19- ¡No vayás a calentar la comida en el microondas con ese plato de plástico! Te va a dar Cáncer!
La creencia de que introducir plástico en un microondas produce cáncer por liberación de dioxinas(presentes en el mismo) al calentarse, nació gracias a uno de esos correos, el cual empezó a dar vueltas por el 2002; y atribuía los dichos a un tal Dr. Edward Fujimoto. Más tarde se le agregó otro párrafo en el que se afirmaba que el Hospital Johns Hopkins también había llegado los mismos resultados.
En realidad, a menos que vayas a meter algo al microondas encima de un pedazo de paragolpes, no tiene porqué preocuparte esto todos los utensilios de cocina hechos de este material están controlados por la FDA, la que, para aprobar su venta, impone regulaciones muy estrictas en su fabricación. Así que no ensucies más platos al lo tonto
20- Ya basta de tomar Coca Cola! Vas a terminar con un agujero en la panza!
Créanlo o no, este rumor tambiém nació gracias a un mail bastante difundido que, probablemente tu también recibiste: ese que decía que si podías un tornillo oxidado quedaba como nuevo en 2 días. También afirmaba que un clavo directamente se disolvía en 4 y que la Policía la usaba para limpiar manchas de sangre en la ruta. La causa, según el correo, era que la Coca Cola contiene Ácido Fosfórico y ácido cítrico, el cual, incluso podía disminuir el calcio de tus huesos y derivar en osteoporosis. Conclusión a la que llegaba: la Coca es la bebida oficial de Chuck Norris.
Ahora bien, sí, la Coca Cola tiene estos ácidos, al igual que muchas otras bebidas (por ejemplo, el jugo de naranja es más ácido todavía). El tema es que el mail se olvida de un concepto básico de Química: concentración. Los ácidos a los que me referí arriba están tan diluidos que es imposible que te hagan un agujero en los intestinos. En general, los alimentos que causan esto, suelen venderse bastante mal, así que…
Incluso, la cantidad de ácido fosfórico es extremadamente baja (de 11 a 13 cada 3, 78 litros aprox.) como para disolver un clavo/diente/loqueseaquetehayandicho en dos días; necesitas meses para que esto pase. Ahora, la evidencia más fuerte que usaba este mail para probar lo peligrosa que podía ser la Coca Cola es que los mismos camiones que llevan el sirope concentrado, tienen dibujada la señal que indica que transportan materiales químicos altamente corrosivos..
El tema es que, como dije antes, acá estamos frente al producto concentrado, no a la Coca Cola que tu terminás consumiendo. Además, y para terminar, los ácidos de tu estómago son bastante más fuertes que los que conforman esta bebida.
Si todavía no me crees, probá hacer los experimentos tu o, si te animás, la próxima vez que te pare un Policía en la ruta, preguntale cuánta Coca usan para limpiar la sangre. Te aseguro que le vas a alegrar el día.