¿El renacimiento de la medicina psicodélica? Nuevo estudio científico abre la posibilidad de usar el principio activo de los hongos alucinógenos de manera efectiva para tratar la depresión.
Un nuevo estudio sobre el principio activo de los hongos alucinógenos, la psilocbina, muestra que esta sustancia disminuye el flujo sanguíneo del cerebro y reduce la conectividad en ciertas áreas del mismo, en algo que a primera vista parecería contradecir la sensación recontada por numerosos psiconautas de expandir su mente al tomar sustancias psicodélicas.
Las mismas áreas que pierden conectividad son sobreactivas en las personas que sufren depresión por lo cual esta sustancia tiene potencial para ser usada para tratar la depresión..
El estudio realizado en el Imperial College de Londres, el primero en décadas en el Reino Unido, midió con una resonancia magnética los efectos de esta sustancia en el cerebro de unos voluntarios.
Los resultados mostraron un menor flujo sanguíneo a la región conocida como el tálamo, el cíngulo posterior y el cortex prefrontal. La conectividad disminuyó en el hipocampo, en el cíngulo posterior y en el cortex prefrontal.
La psilocibina –como todas las triptaminas- tiene una estructura química similar a la de la serotonina –la hormona que regula los estados de ánimo- y por esto hace aleaciones con receptores de serotonina en las neuronas. La psilocibina podría tener usos terapeúticos ya que el sistema de serotonina en los nervios es sobre lo que actúan los antidepresivos existentes.
Un estudio anterior de la Universidad de California mostró que las personas en fase terminal que tomaron psilocibina mejoraron en su estado de ánimo y reflejaron menos ansiedad.
Aún más significativo es el hecho de que los efectos de la psilocibina en el tratamiento de la depresión podrían ser a largo plazo, ya que la psilocibina incrementa la expresión de genes y proteínas asociadas con el crecimineto de nervios. “Creemos que los efectos antidepresivos de la psilocibina podrían deberse a un posible incremento en los factores que activan la neuroplasticidad a largo plazo,” dijo Franz Vollenweider, del Hospital Psiquiátrico de Zurich.
Es interesante relacionar esta información con los devaneos psicodélicos de Aldous Huxley, quien en su libro “Las Puertas de la Precepción” habla de la “válvula reductora del cerebro”, la cual reduce el exceso de información disponible para concentrarse en procesos evolutivos víables. Tal vez algunas sustancias al reducir la conectividad de ciertas zonas del cerebro eliminan el influjo de cierta información para concentrarse en áreas que favorecen las percepciones psicodélicas u holotrópicas, silenciando en nuestro cerebro el mundanl ruido y así permitiendo la apertura del ojo de la mente, el ojo del espíritu. Lo cierto es que sigue siendo un misterio porque ciertas rutas, ciertas conexiones, constelaciones que se encienden y se apagan, alteran de tal forma la percepción humana, una geometría arcana se oculta en este engranaje.
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