Las bacterias que viven en nuestro organismo, dentro y sobre nosotros, son responsables de que estemos sanos o enfermos e incluso de que seamos delgados y gordos, le explica a la BBC el periodista científico Ed Yong.
Las bacterias forman el microbioma que es una parte esencial de nosotros mismos.
Nací hace poco menos de 30 años. Ese momento, justo antes de que emergiera al mundo, fue el último periodo de mi vida en el que pude estar completamente estéril.
Dentro del útero sólo eramos mi madre y yo. Un universo de dos. Pero fuera, había un mundo de bacterias y otros microbios y tan pronto como entré en ese mundo estos se volvieron parte de mí.
Colonizaron mi piel, se establecieron en mis intestinos. Y ahora estos pasajeros son parte esencial de mi vida.
Estos microorganismos, junto con los genes que poseen, son conocidos como el microbioma. Todos los tenemos y son innumerables.
Existen unos 100 billones de ellos, más del número de personas que ha vivido en este planeta. Walt Whitman tenía razón cuando dijo "Yo soy inmenso, contengo multitudes".
El número de sus células supera a las mías en 10 por una. Sus genes superan a los míos en 100 por uno. La aproximación más cercana es que soy un microbio.
Entonces ¿quién soy? ¿Soy Ed Yong, un humano definido por mi cuerpo y mi genoma? o ¿soy un vehículo para las bacterias? ¿Soy un individuo o un universo entero?
Creo que soy esto último. Estas bacterias no sólo son pasajeros pasivos, afectan mi vida, mi salud e incluso mi mente. Son como un órgano escondido tan esencial como mis intestinos o mi estómago, pero más que una masa única, éste es un órgano formado por millones de células enjambradas.
También es un órgano con muchas funciones. Las bacterias me permiten cosechar energía de mi alimentos, descomponiendo sustancias. Fabrican nutrientes que no puedo fabricar por mí mismo. También suprimen el crecimiento de bacterias perjudiciales que de otra forma me enfermarían. Y educan a mi sistema inmune, enseñándole a tratarlas como a mi y a no atacarlas.
Para todos los efectos, mi microbioma soy yo.
Éste consiste en miles de especies y proviene de muchas comunidades diferentes. Y así, mi microbioma es distinto del tuyo. Hay algunas semejanzas, pero no hay dos personas con la misma colección. Son como ciudades diferentes, como Londres y Tokio, que contienen residentes de distintas culturas, ocupaciones y antecedentes, todos mezclados en distintas formas para producir comunidades con diferentes características.
Superorganismo
Cómo son nuestros microbiomas depende de todos los eventos que ocurren en nuestra vida, desde el primer día.
Nuestro nacimiento es un momento importante porque las bacterias pioneras que heredamos de nuestra madre y del ambiente del hospital dictarán cuáles serán las especies que llegarán más tarde.
Las bacterias que heredé de mi madre, por ejemplo, contenían genes responsables de descomponer las proteínas de la leche lo cual, obviamente, es una capacidad muy útil si lo único que comes durante varios meses es leche.
Cuando comencé a tomar alimentos sólidos, mi dieta se hizo más diversa y también mi microbioma que empezó a incluir muchas más especies. Esto debido a que la bacteria intestinal nos ayuda a descomponer nuestros alimentos y cada tipo de bacteria utiliza su propio juego de herramientas, sus "cuchillos y cucharas" genéticos.
Pero como nuestros alimentos hoy en día están casi totalmente descontaminados y altamente procesados, nos arriesgamos a tener un microbioma más simplificado.
Si comemos demasiado también nos arriesgamos a ese efecto. Cuando inundamos nuestro intestino con calorías, como ocurre a menudo en muchos países, algunas especies de bacteria prosperan a costa de otras. Por eso los obesos tienen un microbioma menos diverso que los delgados.
Los antibióticos también provocan esa reacción. Cuando era niño me dieron docenas de tratamientos antibióticos, muchos de los cuales eran para infecciones virales como el resfriado, para el cual un antibiótico es inútil.
Los antibióticos matan a las bacterias, tanto a las que nos son útiles como las que no. Y aunque pueden volver a crecer, se piensa que nunca se recuperan totalmente.
Pero un microbioma diverso no sólo está basado en la digestión de alimentos. También influye mi sistema inmune. Éste ataca a las bacterias dañinas y puede influir en nuestro riesgo de enfermedades intestinales, alergias, asma, obesidad, diabetes e infecciones.
Lo principal es entender a nuestras bacterias. Quizás en el futuro seremos capaces de resolver problemas médicos influyendo en nuestras legiones bacterianas escondidas. De hecho, esto ya está ocurriendo.
El doctor Alexander Khoruts, un médico estadounidense, ha tratado a pacientes con infecciones intestinales debilitantes con (perdonen si causo cierta aprensión) trasplantes de excremento.
El médico toma bacteria intestinal de una persona sana y la coloca en una persona enferma. Nadie sabe cómo funciona esto pero parece funcionar. Aunque es una investigación nueva parece ser promisoria porque muestra que podríamos ser capaces de manipular deliberadamente a nuestro pasajeros intestinales para mejorar nuestra salud.
Nuestro conocimiento sobre el microbioma todavía está en sus primeros años. Pero los científicos cada día descubren más y más.
Por el momento, es claro que si no considerara a los millones de microorganismos que viven conmigo tendría un entendimiento muy pobre de mi propia vida. Mi microbioma no sólo vive dentro de mi, mi microbioma soy yo.
En muchos aspectos soy como un superorganismo, una alianza entre genes de diversas especies, de las cuales sólo una es humana.
Fuente:
BBC Ciencia
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