Según la publicación, en el caso de la convivencia con perros durante el primer año de edad, los niños obtienen mayor protección contra las alergias que las niñas, pero, en el caso de la convivencia con los gatos, la protección es igual para ambos sexos.
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Estar en contacto con perros y gatos durante el primer año de vida puede actuar como una especie de vacuna que protegería de las alergias asociadas a animales durante la niñez y la adolescencia, concluyó una investigación del Hospital Henry Ford en Detroit publicada en la revista Clinical Experimental Allergy.
Las alergias son una reacción del sistema inmunológico a un factor considerado como amenaza. Puede provocar en quienes la sufren goteos nasales, estornudos, picazón, hinchazón y asma.
Según la publicación, en el caso de la convivencia con perros durante el primer año de edad, los niños obtienen mayor protección contra las alergias que las niñas, pero, en el caso de la convivencia con los gatos, la protección es igual para ambos sexos.
"Este estudio nos da mayor evidencia de que las experiencias durante el primer año de vida se asocian con el estado de salud que la persona tendrá durante su vida, y que la exposición a las mascotas a muy corta edad no es tan riesgosa para desarrollar alergias", dijo en un comunicado oficial Ganesa Wegienka, líder de la investigación.
El estudio evaluó a 671 menores. Las pesquisas comenzaron desde el momento del embarazo de las madres, donde se les tomó muestras sanguíneas para determinar su nivel de alérgenos. Luego, durante los siguientes seis años se les hizo preguntas anuales sobre la tenencia y tipo de mascotas que había en su casa.
Posteriormente, a los 18 años se les hizo otro cuestionario a los adolescentes y a sus madres, y una prueba de sangre a los menores, para ver su nivel de alérgenos. Las pruebas demostraron que tener una mascota en el primer año de vida protege de alergias.
Las niñas se ven especialmente favorecidas por los gatos, y los niños, tanto por los perros como por los gatos.
"Los resultados muestran que al mantener al gato dentro de la casa evita en buena medida que el niño sea alérgico a estos cuando comienza la edad adulta", comentó el pediatra alergólogo José Chavarría Milanés.
La protección es solo para perros y gatos. Obviamente, no protegerá contra otro animal, contra el polvo casero ni contra alimentos. El estudio tampoco explora lo que sucede con niños que tuvieron exposición a mascotas solo en etapas posteriores de la vida.
Para el veterinario Mauricio Jiménez, generalmente los gatos producen más alergias que los perros. 'El gato puede producir dos veces más alergias que el perro, mucho de esto porque la mayoría de los alérgenos está en las glándulas sebáceas y en la saliva.
El hecho de que los gatos se pasen acicalando continuamente trae consigo que tengan más alérgenos. Además, estas partículas son mucho menores que las del perro.
"También hay que tener en cuenta que las personas podrían ser alérgicas a otra cosa y que, más bien, los alérgenos del perro incrementen esta reacción", añadió.
Edad vital
El primer año de vida resulta decisivo en el desarrollo de esta resistencia a las alergias.
"En los primeros años de la vida, cualquier exposición, o falta de exposición, a alguna sustancia puede tener efectos que perduran toda la vida. El sistema inmune no permite el ingreso de sustancias potencialmente dañinas. En esas edades se está fabricando mucho del arsenal de defensa para el resto de nuestra vida", dijo Chavarría.
Jiménez señaló que los ambientes donde frecuentemente hay mascotas son mejores para los niños de esa edad, pues "así se está montando la respuesta inmune, lo cual favorece que no se presenten problemas posteriores".
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