Bertrand Russell dijo una vez:
"El problema con el mundo es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas"
Muchos están seguros de que conocen la respuesta a esta pregunta, y son capaces de afirmar sin ninguna miración que la teoría es algo que no está completamente demostrado, y que se trata de un paso previo antes de llegar a la ley científica, una calificación que se adquiere únicamente cuando la teoría queda completamente demostrada.
Lo que no tantos saben es que esa afirmación tan común es completamente errónea. Posiblemente el problema tras este razonamiento erróneo lo encontramos en el propio idioma, y que la gente no es consciente de que una teoría y ley son palabras que no significan lo mismo si llevan el adjetivo científico después.
De hecho, el buscar el significado de teoría (aquí) y ley (aquí) en la RAE, únicamente conseguiría confundirnos un poco más.
No sé puede decir que una teoría y una ley científica sean términos completamente intercambiables, ya que las diferencias existen, pero merece la pena dejar claro que tienen una gran cantidad de puntos en común:
Ambas están basadas en hipótesis probadas.
Ambas están sustentadas por una gran cantidad de datos empíricos.
Ambas ayudan a unificar un campo en particular.
Ambas están aceptadas por la gran mayoría de científicos (todos normalmente) de la disciplina que compete.
Ambas pueden demostrarse como no válidas o incompletas si se encuentran datos empíricos que lo sustenten.Entonces, ¿cuáles son las diferencias?
Para entenderlas hay que adentrarse en la historia y comprender que el mundo, su modo de hacer ciencia y entender cómo han evolucionado las creencias con el paso de los siglos.
Todos estamos de acuerdo en que el concepto de ciencia dio un cambio radical a lo largo de los siglos XVI y XVII con la introducción del método científico, permitiendo desligar del campo de la ciencia creencias arrastradas desde tiempos helénicos como la alquimia o la astrología.Pero pese a la incorporación del método científico, el importante arraigo de las creencias y religiones no desaparecieron de la noche a la mañana.
El concepto de un dios creador se mantuvo entre la sociedad prácticamente intacto hasta bien entrados en el siglo XVIII, y esto condicionó fuertemente a los científicos a la hora de exponer sus conclusiones.
Newton y sus coetáneos creían en dios, y nunca dudaron de su existencia, por lo que todos sus estudios se orientaron a describir las leyes escritas por el gran legislador que consideraban a su dios.En cierto modo, no pretendían explicar la naturaleza, sino tan sólo describirla.
Avances como la Ley de la Gravitación Universal sólo pretendía ser una descripción de una ley escrita por dios, que en su momento pretendía ser absoluta y válida, obviando completamente la posibilidad de que más tarde se demostrase como no válida o como incompleta.
Bajo estas condiciones aparecieron otros avances científicos como las distintas leyes de las proporciones en el campo de la química, o la Ley de Mendel en el campo de la biología.Una vez el método científico se fue perpetuando más entre físicos, químicos o biólogos y las creencias se fueron desligando de la ciencia, comenzaron a formularse teorías. El mejor ejemplo posiblemente sea la Teoría de la Evolución de Charles Darwin.
En este caso, Darwin no pretendía describir las leyes escritas por un dios, sino que quería explicar cómo funcionaba la naturaleza, dejando completamente al margen cualquier posible deidad que fuera más allá de lo que el método científico.
De nuevo, este cambio no fue algo radical, sino paulatino.
Hasta mediados del siglo XIX fue muy común la formulación de nuevas leyes, sobretodo en el novedoso campo de la química, que Boyle había redibujado completamente a finales del siglo XVII. La química necesitaba ser descrita antes de ser explicada, razón por la cual aparecieron multitud de leyes a lo largo del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX.Resumiendo y concluyendo.
Es cierto, una teoría y una ley científica no son exactamente lo mismo y no son términos intercambiables, pero ambos tienen la misma validez.
Una teoría no es un paso previo a la determinación de una ley, ya que para eso tenemos otro término en el campo de la ciencia: la hipótesis.
Todo esto podría ser algo irrelevante, sino fuera porque hay gente que intenta sacar partido de esta pequeña confusión para intentar inculcarnos sus creencias, como que dicen que el creacionismo es una opción válida porque la teoría de la evolución es todavía una teoría.
LAS LEYES CIENTÍFICAS PARA SUSTENTAR LA RELIGIÓN
La existencia de leyes científicas es un argumento que determinados fanáticos utilizan como prueba irrefutable de la existencia divina.
Aún a día de hoy es fácil encontrarse con algunos fanáticos religiosos hablar sobre las leyes científicas, como si estas fueran verdades absolutas. Esto podría ser para muchos un paso de cara a la conciliación de la ciencia y la religión, pero muy lejos de la verdad se convierte en una gran brecha entre lo racional y lo irracional.
Para ello, únicamente se basan en la hipótesis de que la existencia de esas leyes rigiendo el universo que conocemos, solo es posible si también existe un ente superior que actúe como legislador, el cuál es considerado por varias religiones un ente divino, un Dios.
De este modo, el universo al completo seguía estas reglas, consiguiendo que los humanos, una vez que entendiesen estas reglas, podrían determinar los movimientos de los objetos que le rodean con gran precisión.
Así, se puede decir que la ciencia nació fuertemente ligada a la teología de la época.
En este libro, habla de cómo a lo largo de la historia la religión y la ciencia se han visto obligadas a coexistir y a complementarse, aunque también muchas otras veces han existido los conflictos, adaptándose en todo momento a las creencias de la época.
En ese libro, también menciona brevemente las leyes científicas:
De este modo, el filósofo René Descartes insistió en qué él estaba descubriendo las leyes que Dios había puesto en la naturaleza.
Más tarde, Newton declararía que la regulación del sistema solar suponía la presuposición de la dominación de un ser inteligente y poderoso…"
Todo esto se concibieron como leyes porque se suponía que habían sido escritas por el gran legislador antes de la creación del universo.
En esta misma línea, nos encontramos como los creacionistas utilizan las palabras ley y teoría a su antojo, para poder decir abiertamente que la Teoría de la evolución no es más que una teoría, algo que está lejos de ser una ley científica, por lo cual no tienen que aceptarla.
Pero son los mismos creacionistas los que cuando se habla de la Teoría atómica en ningún momento piensan en ella como algo distinto a las leyes científicas, simplemente se esconden tras las ambigüedades terminológicas para interpretarlas a su antojo.
El problema es la gran tradición e historia hacen que este cambio no sea probable, por lo que las discusiones entre el verdadero significado de Teoría científica y ley científica se mantendrá entre ateos y religiosos.
http://recuerdosdepandora.com/ciencia/las-leyes-cientificas-para-sustentar-la-religion/
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