EL SIGLO XX ES CONSIDERADO COMO EL SIGLO DE LA CIENCIA Y DE LA TECNOLOGÍA. Es el siglo de la revolución científico-técnica. Es la centuria durante la cual, y gracias a la ciencia, el hombre ha acariciado con sus manos las estrellas y posado sus pies en la Luna. Podemos asegurar que en los primeros lustros del Siglo XXI será aún más intensa y veloz el avance de la ciencia.
Pero sin lugar a dudas, los mas descollantes avances científicos y tecnológicos se centran en los progresos alcanzados por la biología molecular, genética, nanociencia y nanotecnología, que se han transformado en las mas poderosas herramientas que hasta hoy ha tenido en sus manos el hombre. Ello obliga a científicos, políticos y público en general, a perseverar en las responsabilidades ético-moral que semejante poder significa. Por ello es que la DIVULGACION y la DIFUSIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA DEBIERAN SER UNA PREOCUPACIÓN ESPECIAL DE LA PRENSA VISUAL, ORAL Y ESCRITA.
Lamentablemente, ello no sucede, y el público en general poco o nada sabe de estos avances, menos de su significado.
Nuestra prensa esta atiborrada de noticias sobre, política, deportes y algunos aspectos de arte, como también de los actores de tales quehaceres. Nada tengo en contra de ello. Son parte esencial de la cultura y el quehacer de los pueblos, pero quedan al margen del acontecer diario los científicos, tecnólogos y técnicos. Se les debe dar mayores o mejores espacios. La ciencia y la tecnología son, hoy por hoy, una herramienta maestra del desarrollo de las fuerzas productivas, sin ellas, y sin ellos, los científicos, no hay posibilidad de desarrollo económico, social, político ni moral.
La ciencia y los científicos, como noticias, parecen no tener venta, pero el pueblo necesita conocerla. Para evitar que con sus avances se repitan HIROSHIMAS y NAGASAKIS. Solo un conocimiento cabal del acontecer científico, podrá formar una conciencia colectiva que ordene lo que deben ser las limitaciones ético-morales de los avances de su majestad la ciencia.
Todo ello se evitaría o se disminuiría en un nivel máximo, si se mantuviera un pequeño, muy pequeño y, aún, modesto plan sistemático de divulgación científica. El que además, a la postre, se transforma en un bagaje de conocimiento esencial que nos permita cabalgar bien hacia el devenir económico, político, social, religioso, ético, filosófico de hoy y mañana. Por otro lado, como es resabido, los nuevos conocimientos traen nuevas ideas y por ese camino acrecientan la capacidad de inventiva de los pueblos: el que no sabe es como el que no ve. No se debe olvidar que el conocer no siempre es plenamente coincidente con el entender; la divulgación científica, debe ayudar principalmente al entender.
La evolución de los niños y los jóvenes, y de la población toda, en referencia con el conocimiento de la ecología, sus problemas y la estrecha relación de ellos con la vida del planeta, demuestran las ventajas de la divulgación científica.
Consideramos que ya es tiempo de iniciar una concientización de todo el pueblo en referencia al significado, valor y trascendencia de la ciencia, la tecnología y sus avances.
IMPORTANCIA DE LA DIFUSIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA
Si aceptamos que el conocimiento científico y sus derivados tecnológicos son un producto eminentemente social, entonces es fácil reconocer la importancia que adquieren las tareas de difusión y divulgación de la ciencia. Algunos especialistas en el tema suelen distinguir entre difusión y divulgación. Difundir el conocimiento científico sería hacerlo llegar a ciertos grupos o sectores sociales para su aprovechamiento directo, en tanto que divulgar la ciencia sería hacer accesibles las teorías y métodos de las diversas ciencias, así como sus aplicaciones concretas, a un público muy extenso. Para los fines de esta exposición, usaremos el término “divulgación” para referirnos a ambas formas de comunicación de la ciencia.
Para un investigador activo en cualesquiera de las disciplinas científicas, o para un ingeniero que trabaja en el desarrollo de tecnologías, el plantearse tareas de difusión o divulgación de la ciencia lo enfrenta a un delicado compromiso, pues tiene que comenzar por preguntarse acerca de la naturaleza de su quehacer y la forma en que éste se articula con su entorno social. Es decir, si el científico no asimila la dimensión social de su propia disciplina o de la ciencia en general, difícilmente podrá hacerse cargo de resaltar el valor de su trabajo en cuanto a su potencial económico, tecnológico y educativo, o en cuanto a su vinculación con otras áreas del saber y la cultura.
Obviamente, la comprensión de la forma en que se inserta la práctica científica en una sociedad específica rebasa el ámbito académico o puramente profesional y requiere que el investigador se asuma conscientemente como sujeto social; esto es, que reconozca plenamente el punto de partida de sus reflexiones no sólo en cuanto científico sino también como integrante de una familia y de una clase social, como ciudadano con derechos y deberes, con conocimientos, prejuicios y valores producto de la educación formal y del adoctrinamiento ideológico al que toda sociedad somete a sus miembros; igualmente, debe reconocerse en su integridad de hombre concreto con sentimientos, deseos y emociones y -sin evasión alguna- aceptar que, ante todo, el hombre es, como expresa E. Becker, un animal que se mueve en un planeta iluminado por el sol, con la necesidad impostergable de alimentarse y defecar, consciente de su finitud y de su muerte. En palabras un poco más técnicas, el científico debe reconocerse como un miembro de la especie humana, con una historia de evolución biológica y también con una historia social y cultural tras de sí (“El hombre es el mundo del hombre”, al decir de Karl Marx).
Si bien la difusión y la divulgación de la ciencia pueden clasificarse en diversas categorías según el público al que están dirigidas, el nivel de profundidad técnica o su temática, aquí, con el objeto de ir resumiendo mis propias conclusiones, propongo una clasificación de la divulgación en dos categorías: 1) la divulgación que llamaré aséptica , orientada solamente a proporcionar información en un lenguaje no técnico; esta forma de divulgar la ciencia asume que el sujeto que la produce debe esconderse lo más que pueda tras los “hechos” científicos o técnicos que pretende comunicar, haciendo a un lado sus propias valoraciones, prejuicios e ideología; 2) la divulgación comprometida , en la cual la comunicación científica no se limita a relatar o a describir “hechos” sino que está matizada por las opiniones, las valoraciones, la ideología de quien la emite, apareciendo el sujeto en una posición en efecto comprometida, puesto que todo juicio que rebase los criterios lógicos y metodológicos de la ciencia será objeto de debate extracientífico.
La divulgación del tipo 2 es menos frecuente en nuestro país, pero considero que sería la más importante en el momento actual. Porque la difusión y divulgación de los procesos y de los resultados de la investigación científica y tecnológica deben darse envueltas en consideraciones sobre su potencialidad social, es decir, dar señas sobre el alcance de su impacto en lo económico, lo político, lo social y lo cultural, y también para que la sociedad tenga elementos para tomar decisiones sobre asuntos que afectan a todos. Piénsese en los efectos contaminantes y destructivos del medio ambiente de diversas industrias, en el efecto de herbicidas y pesticidas, en la producción y consumo de productos transgénicos. Y también el público, la sociedad, tiene el derecho y la necesidad de tomar en sus manos la decisión acerca del tipo de conocimientos y tecnologías que deben buscarse y la forma en que deben aplicarse, además de tener el dominio sobre los recursos científicos y técnicos del país, lo que implica, en primer lugar, apropiarse del conocimiento y no permitir su privatización.
La ciencia y la técnica, no reducidas a la versión instrumentalista, tienen un gran potencial liberador para el hombre en lo individual y para la sociedad, primeramente porque nos ayudan a entender nuestra posición en el mundo, a acercarnos a la comprensión de la naturaleza, de la historia, de las formaciones sociales, de la génesis de la cultura, y también a comprender mejor nuestro propio ser, al decir de Becker. Adicionalmente, los recursos tecnológicos, orientados por el interés público y no por el interés privado, pueden contribuir a mejorar la calidad de vida de todos los mexicanos. Es obvio, entonces, que es necesario fomentar la divulgación y la difusión de la ciencia en su versión comprometida, lo que no implica que juzgue al otro tipo de comunicación (la aséptica) como superflua o innecesaria. Cabe aclarar que la distinción que hago entre estas dos formas de comunicación de la ciencia no implica que una sea de mejor calidad que la otra: hay divulgación científica de buena y mala calidad en las dos modalidades.
Se torna sumamente necesario difundir los logros y avances obtenidos, esto con el único objetivo de hacer participes a todos de dichos adelantos, permitiéndose así mejorar las formas de hacer las cosas, y con ello eficientar el uso de recursos en la realización de las tareas especializadas y cotidianas; todo ello traerá consigo una nueva forma de pensamiento, inculcando el pensamiento innovador, dejando latente la necesidad en las personas de conocer más mediante investigaciones ajenas y porque no, mediante investigaciones propias.
Fuente: mitecnologico.com
2 comentarios:
que lastima que "Uned" también este asociada a face book y otros extorcionadores sociales
atte.
el añejo
antes se conocía como alquimia y su entorno estaba en el mesmerismo hoy después de 60 o 70 años han hecho resucitar a la "neurociencia" y esto trae consigo grandes posibilidades de despertares, y por lógica también "oposición" natural, pues no es fácil romper la inercia que también es "natural" sin embargo desde muchos años pasados sabemos que existe un "lugar" o "área" en donde se procesa información sobre natural hoy se le llama "conciencia colectiva" y ya la ciencia se da el lujo de medir sus parámetros concomitantes por medios electromagnéticos y electrónicos y(....) con apoyo del "global conciusness proyect " y la cosa sigue avanzando ¿verdad?
atte.
el añejo
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