Hoy, nuestro planeta está habitado por mil millones de personas más que en 1999. El impacto es enorme, tanto que desde el espacio se puede apreciar a simple vista
Pot: Juan Scaliter
Un planeta conectado: La imagen, realizada por Felix Pharand en el marco del proyecto Globalia, muestra las conexiones de Norteamérica. En tierra se pueden ver las rutas ferroviarias y autopistas. En el mar, los cables submarinos de transmisión de datos.
Felix Pharand es un antropólogo de 34 años que desde su hogar, en Canadá, decidió un día mostrar cómo ha cambiado el mundo debido a los avances tecnológicos. Y lo hizo con las mismas herramientas que tienes en tu casa. Con un ordenador normal y accediendo a los datos de diferentes organismos, como la Agencia de Inteligencia Geoespacial y la Administración Atmosférica, entre otras, demuestra en las imágenes de este reportaje cómo hemos logrado “domesticar el planeta”. La clave fue superponer los datos de estas organizaciones a fotografías obtenidas por satélite.
Así descubrió, por ejemplo, que las rutas pavimentadas en todo el mundo ocupan 4,5 millones de kilómetros cuadrados: lo que equivale a 10 veces la superficie de España. Y gracias a un proyecto de la Estación Espacial Internacional, que a diario hay, como mínimo, 90.000 barcos navegando los océanos del planeta. Que cada año consumimos casi 21.000 GW de energía eléctrica, pero que desde la Segunda Guerra Mundial la cifra está descendiendo. Y que el mundo está recorrido por 1.400.000 kilómetros de vías férreas. Suficiente para ir y volver a la Luna y sobra para dar varias vueltas al planeta.
Efectos prácticos Estos resultados le llevaron, primero, a crear la organización Globalia, que busca la participación de la gente en asuntos de medio ambiente. Y segundo, y más importante, a dar a conocer la llegada de una nueva era: el Antropoceno.
Esta se basa en la enorme magnitud del impacto que ha tenido la actividad humana en el planeta, equiparable, según algunos científicos, a los cambios del Pleistoceno y el Holoceno. El nombre lo propuso el premio Nobel de Química, Paul J. Crutzen.
Según Pharand: “Es importante reconocer en qué nos hemos convertido como humanidad: en una especie dominante y potencialmente peligrosa para el resto de la biosfera”.
Pese a lo evidente que resulta la intrusión, Pharand también se muestra muy confiado. Asegura que “nuestra civilización ha sido establecida con muchísimo esfuerzo. Estas imágenes son solo una herramienta más, pero debemos seguir siendo optimistas”. A través de Globalia, el propósito de Pharand es difundir estos conceptos en las escuelas, provocar discusiones en prensa y llevar a los gobiernos a pensar de qué modo afectan esos cambios a nuestra sociedad, a la economía, y cuáles serán las medidas más acertadas de cara al futuro.
Fuente: QUO.es
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