Por: EL TIEMPO.COM
Presión social y falta de apoyo familiar hacen que cada vez más niños se enfrenten a madurez precoz.
Con más rapidez de lo normal, los niños de hoy están perdiendo su inocencia. De hecho, existe la percepción general de que crecen de una forma más veloz que en generaciones anteriores. Esa idea quedó evidenciada en el Informe Global sobre el Espíritu de la Niñez, encargado por la marca Oreo a la firma Ipsos Public Affaires, y que encuestó a más de 7.000 padres de menores de edad en varios países, incluido Colombia.
Según el estudio, dado a conocer en febrero de este año, el 84 por ciento de los papás consideran que sus pequeños se enfrentan a la madurez muy rápido. Además, siete de cada diez dicen que los niños deberían tener más tiempo para comportarse como tales, pero que no pueden hacerlo por las presiones de la vida cotidiana.
Ya sea a través de las redes sociales, los medios de comunicación o su propia cotidianidad, los pequeños son testigos de actos violentos, agresiones, delitos, muerte, injusticia y vulneración de derechos, que no logran entender o digerir y los llevan, muchas veces, a estados de angustia.
Para la psicóloga de familia María Elena López, la dinámica familiar y social hace que la mayoría de los niños tengan hoy "acceso indiscriminado a abundante información para adultos 'sin editar' y que no pueden procesar con referentes asociados a su edad por la falta de acompañamiento de sus papás".
El problema es que, según el informe de Ipsos, muchas familias tienen dificultades para compartir tiempo de calidad. Cuatro de cada diez padres encuestados sostienen, por ejemplo, que es más fácil agendar una reunión de trabajo que una con sus hijos, y el 48 por ciento se quejan de que cuando se reúnen, sus allegados viven distraídos con celulares, laptops, reproductores de música y otros dispositivos electrónicos.
Es justamente a través de los medios y las nuevas tecnologías como los niños se enteran de toda clase de cosas, incluso de las más naturales de la vida, de manera traumática y abrupta. "Por ejemplo, de la muerte, a través del asesinato de niños; de la sexualidad, a través de la pornografía, o del conflicto, a través del secuestro y los atentados", explica López.
Esta psicóloga asegura que "eso produce en los pequeños un impacto negativo que altera su estabilidad emocional" y puede causarles trastornos.
Claudia Jiménez Chacón, psicóloga de la Fundación Afecto, aclara, sin embargo, que no siempre la información que se reciben tiene una connotación negativa en la pérdida de la inocencia: "Si esta llega en la etapa en que debe ser, les abre los ojos y les permite ser más fuertes".
Imaginación y fantasía
Pero ¿cómo puede definirse la inocencia? Según Jiménez, "es un estado por el que pasamos los seres humanos, asociado a una especie de ingenuidad y pureza". Es, añade López, una forma de percibir, comprender y relacionarse con el mundo, vinculada con "el pensamiento mágico y la imaginación mezclada con la fantasía".
Existe un cierto consenso entre los expertos en que lo normal es que ese estado empiece a cambiar de forma gradual a los 7 años. Lo ideal es que no se quiebre de forma abrupta. En ese momento, es vital el papel de padres y profesores para ayudar a los niños a entender el mundo que les rodea y su nueva realidad. Si no se asume ese rol, los factores externos pueden convertir la pérdida de la inocencia en un trauma.
Controlar la información
- Esté atento a los comportamientos de su niño; si considera que son atípicos para su edad, indague las causas e intervenga.
- Recuerde que usted es el padre y que debe controlar el tipo de programas que sus hijos ven en televisión, el uso de Internet y videojuegos y el acceso a dispositivos móviles.
- Es inevitable que en algún momento los niños le hagan preguntas sobre sexo, así que esté preparado. No evada el tema, abórdelo con naturalidad.
- Nunca deje a sus hijos al cuidado de menores de edad; no solo carecen de la capacidad para cuidar debidamente a otros, sino que no miden sus acciones ni lo que dicen frente a otros niños.
Fuente: EL TIEMPO.COM
Fuente: EL TIEMPO.COM
¿Por qué es tan importante el desarrollo del niño en la primera infancia?
Por: unicef
Los resultados de una vasta gama de investigaciones en los campos de la antropología, la psicología del desarrollo, la medicina, la sociología y la educación ponen al descubierto la importancia fundamental que reviste el desarrollo en la primera infancia con respecto a la formación de la inteligencia, la personalidad y el comportamiento social. En ese sentido, si los niños y niñas de corta edad no reciben en esos años formativos la atención y el cuidado que necesitan, las consecuencias son acumulativas y prolongadas.
Cuando las actividades están dirigidas exclusivamente a aspectos específicos como la salud y la nutrición y no tienen en cuenta la índole holística del desarrollo del niño en la primera infancia se corre peligro de obstaculizar el crecimiento y desarrollo pleno de los niños y niñas. Tanto los factores biológicos como el medio ambiente afectan el desarrollo cerebral y el comportamiento. Por ejemplo, los niños y niñas de corta edad que sufren presiones extremas corren mayor peligro de sufrir problemas cognoscitivos, emocionales y de comportamiento. Esos impedimentos pueden afectar a largo plazo la capacidad de los niños y niñas de iniciar sus estudios escolares y, posteriormente, su desempeño escolar.
Para los niños y niñas en situación de desventaja, la falta inicial de actividades que promuevan su desarrollo tiene un efecto multiplicador, ya que los niños que crecen en la pobreza reciben educación inferior a la de los niños de la clase media, debido en parte a la disminución de su capacidad de aprender en clase.
Las oportunidades más propicias para ayudar a los niños y niñas en situación de desventaja a comenzar sus estudios escolares en un plano de mayor paridad con los demás niños se producen durante la primera infancia, cuando el desarrollo cerebral de los niños es más veloz y se sientan las bases de su desarrollo cognoscitivo, social y emocional. Todo compromiso de reducción de la pobreza y de incremento de las probabilidades de éxito de los niños y niñas demanda inversiones durante la primera infancia.
La comunidad internacional ha aceptado y promueve el derecho de los niños al desarrollo. La Convención sobre los Derechos del Niño destaca con claridad la importancia del desarrollo del niño la primera infancia cuando dice que todos los niños y niñas tienen derecho a desarrollarse "en la máxima medida posible" (Artículo 6) y que "los Estados Partes reconocen el derecho de todo niño a un nivel de vida adecuado para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social" (Artículo 27).
Como resultado de las nuevas investigaciones y de la mejor comprensión del significado del bienestar integral de los niños y niñas, el desarrollo del niño en la primera infancia adquiere una importancia cada vez mayor en el temario de promoción y defensa de los derechos de la infancia.
El derecho de los niños de corta edad al desarrollo cognoscitivo, social y emocional saludable amerita la atención prioritaria de todos los gobiernos, organizaciones, comunidades, familias y personas responsables. Resulta de singular importancia atender a los niños y niñas con un criterio holístico mediante la prestación de servicios de atención de la salud, suministro de agua y saneamiento ambiental, educación y otras actividades que fomenten su desarrollo pleno.
Fuente: unicef
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