Por: Sergio Parra
A continuación, una selección de manifestaciones que la posteridad ha demostrado que estaban equivocadas, lo cual habría de ponernos en guardia cuando alguien, aunque sea un científico, se pone a hacer prospección tecnológica:
El profesor de Filosofía y Astronomía en el University College de Londres, Dionysys Lardner (1793-1859). Aseguró que ningún barco de vapor podría cruzar el Atlántico porque necesitaría más carbón del que podría llevar; dos años más tarde, el Great Western lo cruzaba. También se atrevió a decir:
No es posible viajar en tren a alta velocidad porque los viajeros no podrían respirar y morirían de asfixia.
El vuelo de máquinas más pesadas que el aire es poco práctico e insustancial, si no radicalmente imposible.
Ernst Mach (1838-1916), profesor de Física de la Universidad de Viena:
Me cuesta tanto aceptar la teoría de la relatividad como la existencia de los átomos y otros dogmas por el estilo.
Ernest Rutherford (1871-1937), tras escindir un átomo por primera vez:
La energía que produce la desintegración de un átomo es algo muy insignificante. Quien espere sacar una fuente de energía de la fisión de esos átomos está diciendo tonterías.
John Lightfoot, vicerrector de la Universidad de Cambridge, poco antes de publicarse El origen de las especies:
El cielo y la tierra fueron creados juntos en el mismo instante, el 23 de octubre del año 4.004 a.C., a las nueve de la mañana.
Scipione Chiaramonti, padre del Papa Pío VII:
Los animales, que se mueven, tienen miembros y músculos. La tierra no tiene ni miembros ni músculos, por consiguiente no se mueve.
Cuando el inventor del Walkman propuso el invento, los informes dejaron claro que el invento no tenía sentido: ¿quién iba a querer ir por la calle con música en los oídos, sin poder escuchar lo que le rodea?
Fuente: xatakaciencia.com
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