Sabemos que nuestros antepasados, al menos desde el surgimiento de las primeras civilizaciones antiguas, se preguntaban al igual que lo hacemos en la era actual sobre nuestro origen y propósito en el universo. Desde que empezamos a hacernos estas preguntas, hemos volteado a nuestro alrededor en busca de una respuesta. Hemos viajado a los lugares más recónditos del planeta, hemos visitado montañas, volcanes, cuevas, bosques, selvas y desiertos. Hemos volteado al cielo y visto las estrellas; hemos visitado otros mundos y hemos buscado la manera de contar una historia. Una historia en la que nosotros, los humanos, somos los protagonistas.
Cuando veíamos la Luna, el Sol y las estrellas moverse a nuestro alrededor, asumimos que era prueba de que el planeta era el centro del universo. Éramos habitantes de un mundo que había sido creado para nosotros pues estábamos en el centro de todo. Sin embargo, descubrimos que esto no era cierto; nos dimos cuenta que nuestro planeta es uno de varios en nuestro sistema solar. Después creímos que quizá el Sol era el centro del universo únicamente para ser decepcionados una vez más. Ahora sabemos que nuestro Sol es sólo una de varias miles de millones de estrellas en nuestra galaxia, la cual hemos nombrado Vía Láctea. Sabemos que el sistema solar no está ubicado en un punto especial o particularmente importante de la galaxia y que ésta es nuevamente, sólo una de las miles de millones de galaxias que existen en el universo.
Sin duda podemos identificar un gran defecto en nuestra manera de entender el universo. Seguimos empeñados en contar la historia del universo en función de nuestra existencia. Uno pensaría que ya era momento de que aprendiéramos la lección pero desafortunadamente, no es el caso. La Ciencia ha dejado una herida muy grande en nuestro ego y sin embargo, nuestra vida diaria está llena de doctrinas e ideologías que buscan satisfacer nuestra sed antropocentrista. Seguimos insistiendo en la creación de fábulas y cuentos, frutos de nuestra imaginación, para hacernos creer a nosotros mismos que somos importantes. Personalmente, creo que la Ciencia, nos ofrece una gran lección de humildad en este aspecto. Es quizá una verdad cruda y difícil de aceptar pero a la vez crucial para nuestra emancipación.
"No nos ha sido otorgado el papel principal en el drama cósmico. Quizá a alguien le ha sido otorgado o tal vez a nadie. De cualquier modo, tenemos buenas razones para ser humildes.[...] El significado de nuestras vidas y de nuestro frágil planeta viene, pues, únicamente determinado por nuestra propia sabiduría y coraje. Somos nosotros los guardianes del sentido de la vida. Ansiamos unos progenitores que cuiden de nosotros, que nos perdonen nuestros errores, que nos salven de nuestras infantiles equivocaciones. Pero el conocimiento es preferible a la ignorancia. Es mejor, con mucho, comprender la dura verdad que creer una fábula tranquilizadora".-- Carl Sagan
Carl Sagan nos invita a reflexionar sobre la tierra, nosotros, nuestro pasado y nuestro futuro en un fragmento del audio libro el punto azul pálido
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