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Publicado por El Rincón de la Ciencia, Tecnología y el Conocimiento en Jueves, 21 de julio de 2016

FRASES DE CIENCIA

lunes, 6 de febrero de 2012

¿La testosterona nos hace egoístas?


testosterona

Dele un poco de testosterona a una mujer y se volverá más egoísta y menos cooperativa... Al menos esto es lo que se infiere de los resultados de un experimento desarrollado por investigadores del Centro de Neuroimágenes Wellcome Trust del Colegio Universitario de Londres.

El objetivo del estudio era averiguar el efecto de la testosterona en el proceso de las decisiones grupales. Como dice la sabiduría popular, “dos cabezas piensan mejor que una”, y, por lo general, las decisiones que se toman en grupo suelen ser mejores que las que se adoptan de forma individual.

Sin embargo, para que se dé esa inteligencia grupal, cada uno de los participantes de la toma de decisión debe lograr un equilibrio entre los intereses personales o la defensa de su punto de vista– , los intereses grupales y el deseo de mantener una discusión calmada y amable.

En todo este proceso, desempeñan un papel importante las hormonas, los mensajeros químicos del cuerpo, que entre otras funciones contribuyen a nuestro estado de ánimo.

Estudios anteriores han demostrado que niveles altos de oxitocina –la hormona del amor, que suele liberarse cuando se está en una relación amorosa placentera o cuando nace un hijo– llevan a las personas a ser muy cooperativas.

En el escenario de las decisiones grupales, la cooperación es buena, pero en exceso puede llevar al grupo a tomar peores decisiones que las que sus miembros hubiesen adoptado de forma individual tan solo por evitar una discusión.

Ante esos hallazgos, el equipo de científicos dirigidos por Nick Wright se preguntó: ¿cuál es el papel de la testosterona en las decisiones grupales? Para encontrar la respuesta, los investigadores se fueron en busca de mujeres voluntarias.

Decidieron acudir a mujeres pues los niveles de testosterona en ellas son diez veces más pequeños que en los hombres, y esto permitiría ver con más facilidad el efecto de una dosis extra de la hormona.

En la prueba participaron 34 mujeres que nunca se habían conocido. Los científicos las dividieron en 17 parejas y les pidieron que realizaran una serie de ejercicios para evaluar sus niveles de cooperación.

Los ejercicios se llevaron a cabo en dos días distintos. Un día, ambas mujeres recibieron un placebo; el otro día de pruebas, recibieron un complemento de testosterona.

Según detallan en su informe publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B, el trabajo fue mejor cuando las mujeres resolvieron las tareas juntas que cuando lo hicieron de forma individual, mostrando que las decisiones grupales son mejores.

Sin embargo, en el día en que las mujeres recibieron la dosis extra de testosterona, el trabajo en equipo se volvió más difícil pues las voluntarias se mostraron menos cooperativas y más egoístas.

Al parecer, un exceso de testosterona nos hace a las mujeres más egoístas.

Fuente: LA NACIÓN

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